Más de 40 años de experiencia, tradición familiar y amor por las motocicletas nos respaldan.
Tres generaciones preservando la tradición del trabajo artesanal y la pasión por las motocicletas
Primera Generación: Fernando Carrión Espina
La historia de Mecánica Carrión comienza en 1982, en un galpón ubicado en Quinta Normal, Santiago. Allí, Fernando Carrión Espina, apasionado por los motores y las motos, recorría distintos lugares sobre su Gilera Rossa de 1957, comprando buses Mercedes-Benz para formar su propia flota. Partió con los modelos O362, uniéndose al grupo de la Nueva Tropezón, y poco después actualizó su flota con los emblemáticos Caio Vitória, que en 1986 se convertirían en las famosas “micros amarillas” de Santiago. En paralelo, Fernando invirtió en maquinaria industrial para modificación de metales, herramientas y soldadoras a punto, consolidando así un taller que no solo mantenía y reparaba su flota, sino que también podía adaptarla y mejorarla. Junto con su hijo, Fernando Carrión Frigerio, dirigió la flota, asegurando su mantenimiento, reparación y rodaje diario, convirtiendo el taller en un espacio de trabajo duro y constante, siempre marcado por la pasión mecánica.
Primera Generación: Fernando Carrión Espina
La historia de Mecánica Carrión comienza en 1982, en un galpón ubicado en Quinta Normal, Santiago. Allí, Fernando Carrión Espina, apasionado por los motores y las motos, recorría distintos lugares sobre su Gilera Rossa de 1957, comprando buses Mercedes-Benz para formar su propia flota. Partió con los modelos O362, uniéndose al grupo de la Nueva Tropezón, y poco después actualizó su flota con los emblemáticos Caio Vitória, que en 1986 se convertirían en las famosas “micros amarillas” de Santiago. En paralelo, Fernando invirtió en maquinaria industrial para modificación de metales, herramientas y soldadoras a punto, consolidando así un taller que no solo mantenía y reparaba su flota, sino que también podía adaptarla y mejorarla. Junto con su hijo, Fernando Carrión Frigerio, dirigió la flota, asegurando su mantenimiento, reparación y rodaje diario, convirtiendo el taller en un espacio de trabajo duro y constante, siempre marcado por la pasión mecánica.
Segunda Generación: Fernando Carrión Frigerio
Con el paso de los años, el taller fue evolucionando. Ya no solo atendía buses, sino también camiones y automóviles, lo que amplió enormemente su alcance. Bajo el liderazgo de Fernando Carrión Frigerio, la segunda generación modernizó las instalaciones y sumó nuevas tecnologías: escáneres de diagnóstico, máquinas de rectificación, equipos de copia de llaves automotrices y un stock de repuestos especializados. La visión de Fernando Frigerio fue clara: mantener la tradición de servicio de su padre, pero siempre mirando hacia adelante. Gracias a ello, Mecánica Carrión se consolidó como un taller integral, capaz de resolver desde la reparación más artesanal hasta diagnósticos electrónicos de última generación.
Segunda Generación: Fernando Carrión Frigerio
Con el paso de los años, el taller fue evolucionando. Ya no solo atendía buses, sino también camiones y automóviles, lo que amplió enormemente su alcance. Bajo el liderazgo de Fernando Carrión Frigerio, la segunda generación modernizó las instalaciones y sumó nuevas tecnologías: escáneres de diagnóstico, máquinas de rectificación, equipos de copia de llaves automotrices y un stock de repuestos especializados. La visión de Fernando Frigerio fue clara: mantener la tradición de servicio de su padre, pero siempre mirando hacia adelante. Gracias a ello, Mecánica Carrión se consolidó como un taller integral, capaz de resolver desde la reparación más artesanal hasta diagnósticos electrónicos de última generación.
Tercera Generación: Fernando Carrión Silva
El nieto, Fernando Carrión Silva, creció rodeado de motores por ambos lados de su familia: los Carrión y los Silva, casi todos ligados a los viajes en moto. Tras el fallecimiento de su abuelo, decidió restaurar la Gilera Rossa del 57 y, al mismo tiempo, modificar la moto de su padre. Ese vínculo personal lo llevó a recorrer el sur de Chile y parte de Argentina, conociendo talleres, conversando con mecánicos y entendiendo de primera mano lo que los motociclistas realmente buscan. De regreso en Santiago, nació la nueva visión: transformar el taller en un espacio dedicado a la mecánica de motos. Comenzaron las restauraciones de estilo vintage y Café Racer, mezclando la estética clásica con la innovación. Se incorporaron soldadoras MIG y TIG, escáneres especializados, bancos de prueba de inyección y un catálogo de repuestos modernos, con el objetivo de ofrecer un servicio completo de restauración, modificaciones y mantención de motocicletas.
Tercera Generación: Fernando Carrión Silva
El nieto, Fernando Carrión Silva, creció rodeado de motores por ambos lados de su familia: los Carrión y los Silva, casi todos ligados a los viajes en moto. Tras el fallecimiento de su abuelo, decidió restaurar la Gilera Rossa del 57 y, al mismo tiempo, modificar la moto de su padre. Ese vínculo personal lo llevó a recorrer el sur de Chile y parte de Argentina, conociendo talleres, conversando con mecánicos y entendiendo de primera mano lo que los motociclistas realmente buscan. De regreso en Santiago, nació la nueva visión: transformar el taller en un espacio dedicado a la mecánica de motos. Comenzaron las restauraciones de estilo vintage y Café Racer, mezclando la estética clásica con la innovación. Se incorporaron soldadoras MIG y TIG, escáneres especializados, bancos de prueba de inyección y un catálogo de repuestos modernos, con el objetivo de ofrecer un servicio completo de restauración, modificaciones y mantención de motocicletas.
Cada rincón cuenta una historia de dedicación y pasión por las motocicletas
Confía en más de 40 años de experiencia y pasión por las motocicletas. Tu moto merece el cuidado que solo tres generaciones de maestros pueden ofrecer.